"El mejor hotel de Ávila sin duda. No he pernoctado porque soy abulense pero cuando lo inauguraron después de años de una minuciosa restauración lucía espectacular y a día de hoy no ha perdido su esplendor original. La ubicación es privilegiada en la plaza de la Catedral y el claustro con un enorme cúpula acristalada impresionante. Hace unas semanas estuvimos en una comida de celebración de cumpleaños y muy bien. Rehuyo mucho del típico menú turistico abulense que me cansa bastante judías del Barco, patatas revolconas y chuletón, pero esta vez si lo pedí, la carne estaba muy buena, los entrantes que eran una degustación correctos y los postres me fallaron. Nos atendieron muy muy bien. Nos trajeron una tarta con una vela de cumpleaños. Un detallazo de los camareros"