"Mi hija (19) y yo (55) hemos estado viajando por Europa durante una semana. La comida y el servicio eran geniales en todas partes hasta el sábado por la noche. La plaza estaba llena de gente. Teníamos antojo de una buena carne, así que elegimos este restaurante basándonos en su menú y afirmación de ser de la granja a la mesa, etc. y había mesas disponibles. Desde que nos sentamos, el camarero se burló literalmente de nosotras varias veces con su compañero de trabajo. Viví en España durante 5 años y hablo español con fluidez. Entiendo la cultura, así que no podía entender qué estábamos haciendo mal. Pedimos una ensalada, llegó sin vinagre y aceite. El camarero ni siquiera nos miraba. Caminaba evitándonos por el largo camino. Al final, me levanté y la saqué del carrito yo misma. La carne llegó sin preguntas ni comentarios. Ambos cortes estaban tan llenos de tendones que tuvimos que escupir cada bocado en nuestra servilleta. Además, estaba muy salada. La sangría diluida también era horrible. Esta experiencia arruinó nuestra noche. Estoy muy triste de haber perdido la oportunidad de tener una gran comida en Madrid."