"Cena de dos parejas en sábado noche con reserva realizada ese mismo día; restaurante bastante ocupado, con alguna mesa libre. Local no muy grande que se amplía con una terraza acristalada, más agradable con buen tiempo.Lo importante: lo bien que se come aquí, la honradez en las cantidades y la calidad de la elaboración de los platos. Tomamos unas estupendas alcachofas con un toque de foie y piñones, corazones lo que es una ración bien generosa. Probamos la original focaccia rellena de burrata y más cosas, rica; también un delicado pan bao de cochinita y, finalmente, las excelsas croquetas de calamares en su tinta. Nos quedamos más que satisfechos y compartimos algún helado. La carta de vinos muy justita, aunque suficiente para poder elegir; tomamos un rico Viña Sastre de Ribera. Servicio profesional y amable.En resumen, una cocina muy por encima del nivel medio en Madrid, a un precio más que competitivo dadas las cantidades y calidad de elaboración. Salimos a euros por persona...Lo recomiendo vivamente!"