"La Costa Brava, no es solo el inmenso mar con su riqueza marina, es también montaña, tierra fértil, llena de viñas y olivos. El restaurante Bocam, situado en Figueres, junta el mar y la tierra de l’Empordà en sus elaboraciones. Elaboraciones con productos de proximidad donde prima la calidad y el sabor. Los platos que escogimos de la ecléctica carta fueron los siguientes: Gyozas de verduras con salsa Hoisin de frambuesa, a mi parecer las Gyozas estaban quizás un poco frías, pero la salsa de frambuesa combinaba perfectamente con las verduras. Taco de pastor, carne de cerdo, pimientos rojos y verdes, cebolla. Estaba espectacular, todos los ingredientes tenían una fuerza impresionante, en tan solo un bocado percibías el equilibrio y la forma en la cual se completaban todos los ingredientes. Más tarde, para los entrantes, pedimos pappardelle de carbona y langostinos ahumados. Los langostinos estaban espléndidos. Por otro lado, recomendado por el servicio, pedimos el canelón de pollo con salsa trufada. El pollo estaba sedoso y tierno. A primera vista puedes ver la bechamel que ponía a “remojo “ el canelón, esta salsa tan suave estaba acompañada por otra salsa, dulce y llena de sabor, la salsa española. No menos suculento pero con otro enfoque está la berenjena teriyaki con emulsión de coco, cacahuetes y hierbas frescas. El olor a coco impregnaba la elaboración. Además La berenjena se te deshacía en la boca, tiernísima. Aprecié mucho que la salsa teriyaki no anulase el tenue sabor de la berenjena. En un abrir y cerrar de ojos llegó la mejor parte, los postres, para homenajear nuestra visita al museo de Dalí, pedimos los labios de Gala, el huevo de Dalí y el pan de Dalí. Los labios estaban rellenos de queso crema, recubiertos de un rojo intenso proporcionado por las frambuesas, la base era de galletas. Lo acompañaba un suave helado de violetas. El huevo de Dalí, huevo de chocolate blanco relleno de un helado cremoso de maracuyá, refrescante, estaba puesto encima de un nido de “paja” muy crujiente. Y por último el pan de Dalí, espuma de crema catalana, con sorpresa incluida, ¡contenía petazeta! la torrija de pan brioche estaba hidratada por la espuma, creando de tal forma una perfecta simbiosis entre los ingredientes.Para mí Bocam es un híbrido entre alta cocina y franquicia: llevar la técnica de Ferran Adrià a precios asequibles para la mayoría. El servicio encantador y atento, sobre todo con la mesa 6!"