"Nunca he comido aquí, siempre ha sido algo rápido, pero siempre siempre me ha echo recordar momentos de mi infancia, el olor a galleta que tiene el ambiente nada más entrar, esa decoración con perros de peluche, en un aire inglés, las radios antiguas que se distribuyen por todo el restaurante, la colecciones de bastones del salón interior, los cuadros de perros, en fin un lugar encantador en el que se siente uno muy muy a gusto. Después de preguntar a uno de los camareros por el ambientador tan bueno que se huele en todo el local, una de las cosas que me cuenta, además de decirme que el ambientador lo hacen exclusivamente para restaurantes, también me informa que el dueño del restaurante es el dueño de Galletas María. No es una casualidad?"