"Este lugar nos fue recomendado por la dueña del lugar donde nos alojamos. Ella dijo que tenían excelente comida, así que fuimos. Estaba con mi amigo que habla el idioma. Para nuestra sorpresa, el gerente o dueño fue muy grosero con nosotros. Solo estábamos parados allí, y él no tenía nada que ver con nosotros. Sin sonreír, un hombre antipático. Le dijimos que queríamos una mesa pero él dijo que no, que todas las mesas estaban ocupadas. A nuestros ojos, había muchas mesas vacías. Mi amigo preguntó si podíamos sentarnos en el bar, que estaba completamente vacío, y en un tono muy grosero nos dijo que absolutamente no. Yo ya estaba en la puerta, tan avergonzado, pero mi amigo seguía insistiendo en ser sentados. Yo mismo soy dueño de un restaurante, con 5 restaurantes en mi haber. Trato a mis clientes con respeto sin importar cómo luzcan. Tal vez simplemente no encajábamos o tal vez porque no somos locales, especialmente yo, soy asiático americano. Nunca antes había experimentado racismo, pero ahora lo sé."
El Padrino
