"Fuimos sin reserva y nos hicieron un hueco en una mesa para 2 adultos y 3 niñas. Las crepes se parecen mucho a las típicas galettes bretonas y están muy buenas. Una lástima que no les quedara sidra para acompañarlas, pero cenamos muy bien y el trato, tanto por parte del cocinero como de la camarera, fue amable y cariñoso. Si volvemos a Mallorca y tenemos la oportunidad, volveremos a visitar este local."