"Mis viajes anuales a Málaga incluyen un paseo a Trevelez solo para comer en este establecimiento. Nunca me ha decepcionado, ojalá las cosas en la vida fueran tan reconfortantes como este lugar. Hoy hizo frío, pero una chimenea encendida con patas de jamón colgando del techo y grupos de personas comiendo crearon un ambiente cálido increíble. Las dos damas a cargo fueron brillantes como siempre. Terminamos la comida con una tarta de queso horneada, ¡qué delicia! Recomiendo probar su ensalada de tomate, crea la experiencia más gratificante. Desearía vivir cerca, ¡pero no por mi cintura!"