"Fuimos al restaurante de Francis Paniego en la bodega y fue todo un acierto. Platos clásicos del excepcional Echaurren y notable la materia prima. El persona de sala muy atento, nos recomendó extraordinariamente. Las vistas espectaculares, pues tuvimos la suerte de poder almorzar en la terraza mirando a los viñedos donde acabábamos de hacer una visita. Subrayo que, aunque la puntuación que le doy es alta, no pudimos gozar de la experiencia completa como esperábamos, pues la carta de vinos, aunque extensa, tenía precios demasiado inflados. Los vinos de Marqués de Riscal, que en la tienda de la bodega a escasos metros del restaurante , tenían precio aproximado de 20€ botella, se servían en el restaurante por más de 60€, siendo esto precios más altos incluso que en Madrid a kilómetros de la bodega . Finalmente nos decantamos por un vino de otra bodega, que tenía un precio más acorde a nuestras expectativas."