"Los tallarines eran lo que hacia especial este sitio, y como tal es lo que deberian seguir cuidando si no quieren desaparecer. La ultima vez que fuimos, los tallarines no eran exactamente a lo que estaba acostumbrado cuando visitaba este sitio. Estaban como encogidos y con un resabor extraño. Al ir al servicio, pude ver a lo que posiblemente se debia lo anterior. En una gran fuente, estaban los fideos ya precocinados (vete tu a saber desde cuando), listos para añadirse al wok con el resto de ingredientes. De nada sirve elaborar pasta fresca, si luego esa frescura se pierde en la elaboración. El nuevo dueño (parece ser) que antes era un camarero aqui y el nuevo servicio (lento y nada profesional), de seguir asi, arruinaran el negocio sin remisión o como poco lo dejaran como un fantasma de lo que fue. Soy tan duro porque me encantaba el lugar y me apena su declive."