"Encontramos el restaurante y pasamos por casualidad, un domingo en latín es difícil de encontrar siempre un lugar. Pero fueron esos momentos en los que tienes suerte, el buen ambiente, la atención de los excelentes camareros, tal vez demasiado caliente para mi caída debido a las estufas tan bien colocadas, pero las apagaron cuando les pedimos. la espectacular cola del toro, sin duda lo que más me trajo, junto con las croquetas, que son grandes y contundentes. Las costillas son muy buenas y tal vez afloje las bravas, no más. Cerveza mahou de barril y una vergüenza no saber que el postre era su especialidad, pero es verdad que nos llenamos. Tendremos que volver para seguir intentándolo. recomendación, son pequeñas mesas pero dentro hay espacio para grupos grandes, no sé si es posible reservar, pero sería mejor si ves más de 4"
