"aunque tien unas pocas mesas en la calle con el frio de enero se hace inviable comer fuera. lo primero que llama la atención al entrar es la escasa distancia entre mesas. no sé cuantas mesas habría antes de la pandemia, pero dudo que hayan quitado una sola para cumplir con la norma de distancias. me parece que, cuando algunos hosteleros responsables reducen aforo y se esfuerzan en cumplir con las limitaciones, locales como este debieran ser sancionados por la autoridad. tras esta observación, hago notar que el servicio fue muy amable en todo mmento y que el precio es moderado. la comida, regular. la carta tiene varias opciones de raciones españolas y otros platos fáciles, pero su teórico atractivo está en el pollo. pedí medio pollo perigord , con derecho a dos guarniciones. el pollo no era de gran calidad, algo duro, como descongelado poco antes, la salsa teoricamente trufada sólo recordaba remotamente a la trufa y el puré de patata me pareció de sobre. probé el pollo cajún que pidió otro comensal (cumpliendo con medidas anticovid, eso sí, cortando con cuchillo y tenedor sin usar mi porción y tampoco me pareció nada del otro jueves. precio razonable, como digo, pero la comida no tenia mayor atractivo. sin motivos para volver, pero si por casualidad busco una comida en la zona y tengo poco tiempo y pocas ganas de gastar podría ser una opción... cuando acabe la pandemia y no me importe tanto estar en mesas tan juntas."
