"¡Una noche mágica en un tesoro escondido de un restaurante! Tuvimos tres platos excelentes 'reinvención de hummus', corazones de alcachofa y deliciosos falafels y nuestro anfitrión muy atento nos aconsejó que no pidiéramos más porque estaríamos demasiado llenos (tenía toda la razón), aunque había espacio para un postre, sorbete de champán. Lo espectacular de este restaurante fue el ambiente de los sábados por la noche, un violonchelista serenata a los invitados con música, tan hermosa que algunos transeúntes en la calle que acompaña entraron a agradecerle por su interpretación. Realmente hizo que nuestro viaje a Córdoba fuera inolvidablemente especial."