"Hacia tiempo que quería probar este restaurante y no defraudó en absoluto. El local es realmente bonito, sientes que estás en Japón; el trato del personal, impecable. Ahora, la comida. Alejado del sushi, el restaurante se centra en otro aspecto de la gastronomía japonesa, los yakitoris. Todos ellos a la brasa, rozan lo sublime (a excepción del yakitori de entrecot, que fue una desilusión por la excesiva cocción de la carne). Muy recomendables el de toro, el de pulpo, uno de pollo con yema de huevo (realmente sorprendente) y el de secreto ibérico; de entrantes comimos unas costillas que se deshacían en la boca, un tataki riquísimo y carne de wagyu que te cocinas tú mismo y que estaba deliciosa. Por poner un pero, el precio de la bebida es alto, pero el de la comida no, la relación calidad-precio es realmente buena. Sin duda, un acierto, y un sitio al que volveremos."