"Ubicado en el corazón del rastro madrileño, este restaurante tiene como plato principal el cocido. Pedimos tres raciones completas, primero te sirven un plato con fideos y luego traen una cazuela de barro con el resto de los ingredientes. El sabor y la temperatura son fantásticos, pero en cuanto a instalaciones, el lugar no es muy grande y las mesas son pequeñas para más de dos personas, lo que resulta incómodo con los platos y cazuelas. El servicio es atento y justo, pero poco más. Realmente recomendable para probar el cocido."