"Nuestra peor experiencia, con mucho, en un restaurante chino. Nos puso en un rincón, sin apenas luz, estando vacío el lugar. Pedimos vino con casera para beber y trae una botella abierta y a medias y una botellita de casera casi vacía. Le pido una entera y la trae rellenada, sin fuerza y con la boquilla sucia. De tan malo como estaba pudo una botellita de agua (atentos al detalle, el menú incluía la bebida... Tema comidas; viene una mujer a atender con los guantes de limpieza puestos, así servían las mesas..., las raciones son ridículas por escasas, cada platillo de uno en uno, alternos, sin sentido. De seis platos, no nos ponen dos (eran dos menús y, después de esperar un rato, se los tuvimos que reclamar: no sabían qué faltaba... Salimos con hambre, de un restaurante chino... Cuando voy a pagar, dice la tipa que cobra la botellita de agua aparte, me enfadé mucho y le dije que, después de la pésima atención, faltaría más, que la bebida estaba incluida. Se puso a discutirme y vino otro a decirla que me cobrara los dos menús y ya. Ah, y conste que era un jueves e íbamos al buffet libre, que así lo anuncian a la puerta, y allí dentro, a oscuras, a las dos y media de la tarde, no había nada preparado, solo la opción del menú ridículo o carta, claro. Un sitio al que no volveremos jamás."