Abrasador Muntaner - Carta

Bar para tomar unas bravas. Calidad precio un poco caro pero bueno.

muy buena comida y que buen precio, personal amable. Lo recomiendo tanto para beber algo como para comer.

los camareros y el propietario son gente super amistosa y muy buena. más las tapas y el menú de mediodía son muy buenos. Es un lugar donde vale la pena ir. Ver carta

Correcte, i encara gràcies. El cafè amb llet no estava malament, però el croissant semblava de goma, cap sabor. Potser perque ja no era a primera hora del matí... Segur que hi ha millors llocs a prop per esmorzar una mica.

El clásico bocadillo de Bacon con Queso....DELICIOSO, generoso tamaño, generoso también en el relleno y perfecto en el grosor del corte de los ingredientes y en su calidad. No le pongo las porque lo considero un poco caro (Bocadillo+Refresco+café Casi pero claro, estamos en la calle Muntaner de BCN. En fin, bocadillazo

Parada para picar algo un viernes tarde. Quedé abrumada con lo buenas que estaban las patatas bravas caseras que preparan, increíbles. Género bien trabajado. Ración un poco escasa. Precio algo elevado, 2 cervezas bravas 10€. Recomendable. Restaurante con múltiples mesas en exterior y en interior. Local limpio. Atención rápida. Ver carta

Sitio de tapas de muy buena calidad y tranquilo, cantidad escasa en algunas tapas, pero de muy buena calidad, ración de canelón de pato espectacular y foie micuit buenísimo tambien, relación calidad con la cantidad muy bien, las bravas si que algo escasas pero muy buenas y totalmente caseras, muy recomendable para un tapeo de calidad.

No es la primera vez que vamos a esta cafeteria, aprovechando que quedan unos minutos para poder entrar en la Clínica Barraquer, pues, con el COVID, no permiten llegar antes de minutos para la cita acordadaEn nuestro caso, tomamos un café con leche, un agua mineral, una ración de tortilla de calabacín y una ración de ensaladillaTodo muy bien con un coste total de euros, que creo es muy correctoPersonal servicial

Después de un largo día de turismo en Barcelona, estaba muy cansado, hambriento y sediento. No me quedaban palabras en español, lo siento. Era mi último día de cinco en Barcelona. Pregunté si podía tener una mesa solo para mí. El camarero me llevó a una mesa adentro, ya que todas las mesas afuera estaban ocupadas. No me dieron un menú. Luego, el camarero salió a la calle y encendió un cigarrillo. Me fui. Encontré un lugar alrededor de la esquina donde fui tratado con mucho respeto. Ver carta