Barallocas - Carta

Que la atencion es pesima solo postureo nada de cordialiadad solo sirven para vender y no tratar bien al cliente quien vaya es con su riesgo

El servicio y la amabilidad dejan mucho que desear. De esos sitios en los que parece que te tienes que disculpar por pedir y pagar… He ido varias veces y van a peor. Un desastre!

Los sabores son buenos, y aunque la variedad no es mucha, ofrecen algunas opciones donde elegir. Nada que sobresalga con especial originalidad sobre los locales habituales de moda. Ver carta

Jantar de Amigos, 11 pessoas. Atendimento simpático, esfoçaram-se para entender Português e colocaram-nos à vontade, Comida boa. Não passam factura com NIF na hora, é preciso deixar os dados e depois enviam por e-mail.

Sitio acogedor, mucha madera rústica , el camarero muy amable , pedimos opciones veganas y luego normal y se aseguró de que no fuésemos veganos por los ingredientes del resto de platos . Bonito y normal de precio para el centro de Pontevedra.

La comida bastante regular,ese burrito impregnado de arroz blanco que no le pega nada...la salsa picante,era salsa barbacoa con especias por encima.la atención si fue buena,estaba un camarero que nos atendió a tiempo siempre a la perfeccion a pesar de estar solo. Ver carta

Buena comida y raciones adecuadas. Opciones vegetarianas que a veces por estas zonas es complicado encontrar. Los totopos tres salsas caseros, muy buenos. Las hamburguesas “ligeras”, adecuadas para una comida sin pasarse. Repetiría a probar sus platos vegetarianos, tenían muy buena pinta.

Llegué al mediodía, no había mucha gente pero me sirvieron relativamente rápido, entre 5 y ocho minutos, y antes de mi plato que estaba muy bien hecho (pedí una hamburguesa de ternera) me dieron una tapa de sopita de verduras con carne muy sabrosa y que calmó un poco el hambre con el que llegué, definitivamente volveré, el chico que me atendió fue muy amable, gran servicio.

Increíble. Lo nunca visto. La camarera gritando a voz pelada dentro del bar por sus cosas privadas.... el primer gesto cuando le señalo si me puedo sentar en la mesa, me hace un gesto como si fuera un perro. Le pido, ya acongojado, un café en vaso y me lo trae en taza. Cuando se lo hago observar con educación, ella empieza a decir que es su local y si no le gusta que me vaya, todo con exceso de gesticulación. Yo me fui. Tenía hasta miedo que me echara spray o saliva en el café, porque estaba fuera de sí. Leyendo ahora al propietario veo que además mienten. Ese local no me interesa, como es lógico. De hecho estaba teniendo que me echarán spray en el café ya que tenían cuitas tremebundas que t... Ver carta