Casa Maravillas - Menú

Excelente ambiente y comida muy buena. El servicio es excepcional. ¡Prueba el Cocido!!! También tienen una buena carta de vinos a precios razonables.

Comida tradicional de muy buena calidad. Aunque es famoso por su gastronomía, todo lo que probamos tenía mucho sabor, recomiendo la carne. Buena bodega y buen servicio. Precios acorde al barrio en el que te encuentres.

No estoy seguro de por dónde empezar. Fue una experiencia muy única: me sentí como si estuviera comiendo con mi familia en casa. Todo estaba genial, pero tengo que mencionar la Piparra frita y la Bola del teacher vuelco: ojalá pudiera comer eso todos los días.

Muy bueno y abundante. Todo en su punto justo de cocina y sal. Abundante y bien presentado. La atención de los camareros y el propietario es perfectamente profesional. Además, el lugar es muy agradable y acogedor. Muy recomendable para los cocineros típicos de Madrid.

El lugar es muy recomendable, disfrutamos mucho. Pedimos la tortilla de callos, rabo de toro y cocido en tres vuelcos. Todo estaba buenísimo y a un precio razonable. Los cuencos de cocido son muy abundantes, y se puede repetir. Los postres están bien, pero no son excepcionales.

Excelente atención y local muy genuino. El chuleton muy notable, pero el cocido no es top. Por encima de la media de muchos que presumen pero lejos de la excelencia. Bajo mi criterio deberían empezar cambiando la variedad del garbanzo. Un pedrosillano les daría un plus de calidad y de diferenciación del resto de competidores

Si deseas probar comida española en un ambiente local, especialmente el Cocido Madrileño, debes ir a Maravillas. Ubicado en el elegante barrio de Salamanca, esta Taberna sin pretensiones sirve comida local a precios razonables. El servicio es excelente y cuenta con una buena carta de vinos. Si te gusta el pescado, pide su rodaballo.

Aunque su plato estrella es el cocido madrileño, servido en tres vuelcos, no andan lejos en mi lista de platos recomendables los callos, la tortilla isabelina, la merluza fresca a la parrilla, los boletus con yema trufada y los caracoles. También es un buen lugar para tapear y tomar un buen vermut, acompañando una bola del tercer vuelco, hecha con las carnes del cocido sobre un colchón de garbanzos y lluvia de puerro paja. Si no aprieta el calor, su terraza es muy agradable. El servicio es muy bueno, bajo la atenta mirada de César, el encargado, que está siempre pendiente de que no falte de nada.

He comido esta mañana: un caldo de cocido (que parecía un cocido entero) y unos callos. El caldo es extraordinario. Muy sabroso y perfectamente desengrasado. Con sus fideitos, cuenquito de garbanzos, cebolleta y piparras, en un perolo de barro con al menos tres platos dentro. He comido dos. Y me han regañado amablemente por dejarme el tercero. Los callos son perfectos. Nada de tomate, como debe de ser. Perfectamente cocidos (mira que es normal encontrarse con callos enteros y duros), con su morro de ternera y sin casi pata de cerdo, que no me gusta. Es que eran perfectos. Una cerveza, una copa de vino y una botellita de agua: 28€. Y he salido llenísimo. En fin, es un nuevo bar/restaurante a...