El Novillo De Plata

Fuimos a cenar y nos trajeron la cuenta antes de terminar, nos dijeron que no había prisa pero no pudimos pedir más.

Lo mejor de este restaurante es su comida, se nota que es casera, el precio esta bien, es adecuado. Una opción distinta dentro del centro comercial

El sitio es muy familiar y a la vez tiene una cocina excelente. Un verdadero oasis en el barrio, tratan fenomenal a los niños y muy bien de precio. Ver carta

Los camareros son amables, tiene terraza son distancia a la calle, la carta es tipica madrileña. El aperitivo que te ponen con la consumicion abundante y la tira de carne argentina muy bien hecha.

Una experiencia que obviamente ha podido ser otra cosa si no se hubiese servido la chica, ya que a las 11 08 minutos decía que cerraba y media no nos podía servir después de estar 10 minutos esperando…

Hemos ido después de un entierro a tomar un café un grupo de 20 familiares y a pesar de no haber nadie, ser las 11:00 de la mañana y haber 4 camareros, una vez sentados, incluyendo personas mayores, han dicho que no se podían juntar las mesas y hemos tenido que irnos. Ver carta

He comido de menú con un amigo y nos gustó mucho. Comida casera bien presentada en cantidad y calidad. Salmorejo, cuarto de pollo con patatas, dos chuletas de Sajonia con patatas, buena cantidad y casero todo. Cuatro primeros y cuatro segundos para elegir. Trato agradable. Tiene también terraza. Sitio recomendable.

Acudimos tras alojarnos cerca y ver que habia un centro comercial con la oferta de comida de siempre, nos llamó la atención que hubiera tanta gente en la terraza cenando. Pedimos unas recetas de las de toda la vida pero modernizadas, papas bravas rellenas de alioli, calamares rebozados con maíz y sesamo y unas brochetas agridulces, lo mejor el precio. La única pega es que se les acumularon varias comandas y tuvimos que esperar un ratito.

Como digo en el titulo, una grata sorpresa. Viernes noche, llegamos a Madrid tarde y sin conocer la zona. Esta en el lateral de un centro comercial lleno de restaurantes de grandes cadenas y este era como el contrapunto al resto. Pequeño, coqueto, elegante, personal atento, amable, con ganas de agradar. Y la comida...riquisima. Recomiendo el revuelto de morcilla con manzana que te quedas con ganas de mas y las brochetas de pollo, racion como para dos. Tenian una salsita de miel espectacular. Sin duda lo recomiendo. Para volver. Ah, y el precio genial. Unos diez euros por persona, con un plato cada uno, dos rondas de bebidas, un postre y los tes del final. Se merece el cinco, sin duda Ver carta