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Experiencia muy mala, fuimos 30 personas, lo único bueno el camarero. La comida muy mala, la relación calidad/precio, deplorable

Un lugar de apariencia sencilla, la comida en general bastante bien y los precios algo elevados, pero tampoco escandalosos. Para probar está bien.

Es una pena, las tellinas pensaba que estaban en mal estado, todo caro y sin merecer lo que vale. Lo único que me gustó fue el vino. No volveré a repetir.

Todo muy un rico, buena materia prima y muy bien cocinado. La atención muy buena y los precios más bien altos pero similares en la zona. Cénalos muy bien.

Experiencia floja. El ajoarriero salado como un perro, sin mucho pan incomestible y la caldereta de setas fría por unos lados y templada por otros, poco control del microondas.

Restaurante de apariencia sencilla, pero que esconde una gran cocina. Cominos de lujo, con muy buena atención. Recomendable sus níscalos en escabeche y revuelto de morcilla con manzana.

Ufff hacía mucho tiempo que no comía tan mal. Una pena Porque parecen tener platos de buena cálidad que llaman mucho la atención a los que nos gusta comer bien. Pero muy mal y muy caro.:

Hemos pedido unos Perritos y ni nos han tostado el pan, la salchichas quemadas y resecas, una ensalada que se salva, y poco más, yo no repetiría. Y nos ha salido caro, a 3'50 el Perrito insulso. En fin, que si esto es Cuenca Ciudad Gastronómica para el año que viene, prometo no volver.

Muy recomendable, el servicio muy bien, la comida muy rica, los vinos de Cuenca están muy bien y no dejéis de probar aquí lo típico de Cuenca, Morteruelo (wow), ajoarriero y Zarajo (tripa liada en un palo) sorprendente. Otra cosa buena es que es de los pocos sitios con los que puedes contar, incluso en año Nuevo.