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Lo encontramos por casualidad y un grandísimo acierto! Buen servicio, buena comida y cerveza fría en un rinconcito mágico. El café bueno.

Fantástico! Una familia súper amable, encantadores todos y una comida deliciosa un precio más que razonable. Súper recomendable si pasas por Santiago

Restaurante encantador apartado del bullicio. Comida estupenda. Pedí mejillones al vapor, espaguetis a la carbonara; otros pidieron merluza y salmón. Una de nuestras mejores comidas en este viaje. También conocimos a peregrinos interesantes. Muy recomendable para la zona.

Un ambiente y sitio preciosos! Las empanadas tanto de atún como de bonito riquísimas! El flan de café y el de huevo, imprescindibles! Unos italianos (no seré yo quien diga que suelen ser bastante exigentes con la comida) aplaudieron a las cocineras y movieron las manos de alegría. Volveremos!

Regentado por un matrimonio y sus hijas, que no paran ni un minuto, es muy recomendable para ir a comer comida gallega de verdad. El caldo, los quesos gallegos y las zamburiñas, de otro mundo, no pueden faltar. Importante: en temporada alta hay que ir pronto (13:30) o hay que hacer cola para sentarse.

Restaurante típico y casero en el centro del casco antiguo de Santiago de Compostela. Esta un poco escondido, ya que se encuentra al final de un callejón estrecho. El menú del dia nos valio 14,70€. Comida muy casera, con buena cantidad. Restaurante familiar, de los de toda la vida. Mejor ir temprano ya que se llena. Repetiremos seguro!!

Fuimos atendidos por Alberto, un camarero absolutamente excepcional. Él acomodó a nuestro gran grupo con tacto, eficiencia y una gran actitud. Los platos fueron servidos rápidamente, y el tinto de verano estaba casi demasiado bueno. Si estás buscando un ambiente acogedor en un pequeño patio para probar un auténtico sabor de Santiago, este es el lugar.

Un maravilloso rinconcito con una excelente atmósfera auténtica. Fran, el cocinero, no es nada menos que un mago con sus especialidades. Asegúrate de preguntar qué hay de especial ese día, ya que el menú real y lo que está escrito no siempre coinciden debido a los ingredientes que son los mejores ese día. Una verdadera joya en un lugar lleno de trampas para turistas.

Tenía muchas ganas de probar este restaurante porque muchas veces había pasado pero siempre estaba lleno. Un restaurante con mucho encanto por su localización, entre unas callecitas estrechas de la ciudad de ahí su nombre supongo. El trato fue excelente en todo momento y el dueño un encanto. Todo estaba muy bueno y estuvimos muy a gusto en su terraza. Super recomendable!!