Jardin Secreto Salvador Bachiller

Muy buena experiencia. Lugar totalmente recomendable. Siempre con reserva. Lleno de vegetación. Comida muy buena!!

Me ha encantado la decoración, la preparación de los cócteles, el ambiente y la atención recibida. Los cócteles a 15 euros, fuimos 4 personas, por lo tanto 60 euros.

Ya he venido varias veces pero hoy he traído a mis primas y alucinaban. Sacamos un montón de fotos pues el sitio es precioso. La comida genial. Cristina nos atendió y es maravillosa.

Un lugar un poco extraño pero lindo, una azotea encima de una tienda. Teníamos sangría que también era un poco particular, no es lo que usamos en España... las sillas no eran cómodas.

El sitio espectacular, hemos estado esta mañana en el brunch, nos atendió Cristina y es un encanto, todo con mucho detalle y mimo, nos ha encantado, sin duda una terraza con muchísimo encanto y magia.

Es un sitio que me encanta, en sus distintas ubicaciones. Es tienda con complementos muy cool, su vajilla y cristalería es para perderse comprando. Y en esta localización en concreto, la cafetería en la planta de arriba es una gozada, un jardín muy agradable en el que es difícil encontrar mesa para tomar algo, por lo que suele haber cola. Para mí es un gusto entrar aquí

El sitio es encantador. Muy recomendable para un encuentro entre amigos, una cita o un simple ratito de relax y deleite personal. Cuidando hasta el más mínimo detalle en la decoración consiguen que te quedes boquiabierto desde que accedes por la planta baja hasta que llegas a la azotea. El servicio es muy atento y súper agradable. El brunch está exquisito de principio a fin. Alimentos saludables con una presentación tan cuqui que da lástima comérselos, pero deliciosos.

En las plantas superiores de la tienda del mismo nombre, se encuentra una especie de cajón de sastre de tendencias decorativas sin mucho sentido, y desparejadas. Pretende ser ecléctico aunque por momentos es inquietante. Es un lugar con mucha parafernalia sin sentido, que pretende ser elegante y sorprendente pero resulta caótico por momentos, cayendo en detalles de lo más kitsch y hortera. Cierto que hay elementos diversos que resultan “trendy” pero la presentación de algunas cosas resulta excesiva. El personal es exquisitamente amable, los precios elevados, y por favor. No pidáis nada dulce. Entraréis en un coma diabético. Le sobra a todo, la mitad del azúcar. El té tampoco es especialmente...

Seamos realistas, estás pagando por la temática y la estética del restaurante. Ahora bien, eso no quiere decir que la comida no sea buena, simplemente es demasiado cara. Por el zumo (x3), la tostada de aguacate, el Shakshuka, los huevos benedictinos, las entrañas de açaí (x2), un gofre y el café y el té pagamos justo 90€. La comida era deliciosa y el servicio fue rápido y amable. El ambiente es pintoresco y apartado. Realmente te sientes pacíficamente aislado. Realmente lo disfruté todo, no me malinterpretes. Sólo quiero que sepas que este es un lugar para una celebración u ocasión especial. Para el brunch ofrecen un menú limitado de dos platos y bebida por 29€ por persona. No es la mejor of...