La Taberna De Maria

Barin de siempre, atención correcta....pero falta María...

El mejor restaurante de Luanco. Todo está exquisito y servicio inmejorable

Excelente , todo lo que tiene en la carta esta delicatessen incluidas las ensaladas. La dueña encantadora al igual que las camareras Ver carta

Toda la comida súper rica, muy recomendable la hamburguesa de bonito. Trato excelente y cercano de la camarera. Volveremos sin duda.

Hemos pasado por aquí para comer mientras visitamos Asturias y ha sido una comida espectacular. Recomendadísima la hamburguesa de bonito, aunque el resto de platos no se quedan atrás. Nos dejaron compartir sin problemas y el trato ha sido muy cercano y agradable. Muy recomendado.

Conocimos este sitio a través de las fantásticas reseñas en esta aplicación. La carta es pequeña, pero todo tiene una pinta estupenda. En este caso, tomamos la hamburguesa de bonito y el coulant de queso manchego, ambos deliciosos. Además, todo el personal es muy amable. Repetiremos sin dudarlo cuando volvamos a Luanco. Ver carta

Español Lugar cerca del mar. Gente acogedor.Cocina genial ! Hemos comido una hamburgesa de Bonito la mejor que he comido !Menu que cambia cada semana con lo de temporada. Français Lieu proche de la mer. Très bien accueilli.Cuisine fantastique! On a mangé un hamburger de Bonite (thon). Le meilleur que j'ai mangé.Menu qui change chaque semaine avec les produits de saison.

Nos encantó!! Probamos la ensalada con jamón de pato y mi-cuit rebozado en variedad de semillas, exquisita y un risotto de setas y gambas fantástico. De postre helado de yogurt con compota de manzana, ¡¡de moriirrrrr!! Bien presentados y abundante. La chica que nos atendió encantadora. Volveremos sin duda a probar la hamburguesa de bonito que es especialidad pero que ya no había. La única pega es que el local es muy pequeño, sólo 3 mesas en el interior (no admiten animales y alguna mesa más en terraza (en invierno complicado . Por otra parte, Luanco está precioso, merece un buen paseo y rematar en La Taberna de Maria

Fue una experiencia in extremis. Era pronto para comer pero no encontrábamos ningún restaurante pues estaban todos llenos. Pero aquí, nos ofrecieron una mesa pequeña, que aunque al lado de la cocina fue una bendición. Una atención exquisita unida a una cocina mimada por la mano de una artesana dieron la sorpresa en un dia espectacular. No os perdáis lo que ofrecen. Sea lo que sea es un regalo al paladar. Ensalada de Brotes y semillas con magret de pato. El pan, oh que pan. Champiñones rellenos Corazones de alcachofa con jamón frito Peras al vino con helado de vainilla El albariño riquísimo al que atendieron de inmediato para bajarle la temperatura Y el carajillo Mocholí. Que no sabían que er... Ver carta