"El restaurante tiene mucho encantó, su patio típico de la zona y los cuadros. El servicio lo vi sobrepasado, estuvimos primero abajo tomando un vermút, dándoles tiempo a los camareros que estuviesen listos (a pesar que la sala se abría 20:30 y abajo en una pizarra te ponía bien claro que se empezaba a cenar a las 20:30 , No pasa nada esperamos 20 minutos con otras 2 parejas a tod@s les sacan tapa y a nosotr@s nada, bueno reseñable pero no pasa nada. Subimos al comedor nadie nos lleva a la mesa y veo un letrero con mi nombre y nos sentamos. Totalmente en abandono (ni caso nos traen las cartas y pedimos los refrescos a una chica de gafas simpática y nos trae pan. Paso más de media hora hasta que nos tomaron nota y porque le llamamos a la persona que estaba tomando las comandas. (Sin ningún orden 3 mesas llegaron sin reserva y estaban comiendo y nosotros ni las bebidas . Nos sacan una tapa de pan tipo bimbo con una crema de queso, el pan del medio día duro como para dejarte el diente. Luego nos pide disculpas la maitre por la espera que habían tenido bautizos al mediodía.. y que vamos que no llegaban a más, comprensible y ella muy amable. Una vez dicho esto, la ensalada de aguacate y cangrejo con compota de manzana, bastante mediocre, buen tamaño pero lechuga mezclum tipo florette y sin ningún toqué especial. El pisto con huevo riquísimo muy muy bueno, y los huevos fritos con jamón y trufa también. La verdad que con estos 2 platos ya nos cambio nuestra crítica. Hay que ser justos : Fuimos a cenar 20:30 y nos levantamos a las 11 y 15 sin pedir postre, tomándonos 2 chupitos de limoncello. La cena súper larga. Gracias a la maitre que nos pareció un encantó no nos levantamos y nos fuimos. La otra chica si llegamos a esperar sin decir nada a la carta aún seguimos allí. Una pena si lo tenéis de bote en bote contratar más gente que os falta personal con creces, no puede estar una sola persona para todas las mesas de alrededor del patio."