Rios O Freixo - Menú

Excelente trato y muy buena comida excelente ubicación y muy bueno tratado

¡Qué hallazgo tan encantador! Excelente marisco y un restaurante con un diseño contemporáneo increíble.

Lugar especial con una cocina bien cuidada con producto excelente. Buena carta del vinos, sin duda para repetir.

Grandes profesionales, tanto el dueño Ríos como Dani…. Repetiremos muchas veces sin duda…. Gran bodega y la comida de lo mejor..

Es una apuesta segura si estás por la zona. El producto y su elaboración son inmejorables y el trato del personal exquisito, tanto en el servicio como al aconsejarte.

Buen producto, buena carta de vinos y gran servicio Las zamburiñas ...las de verdad... Las ostras, muy buenas ...no las había probado nunca a la plancha Los berberechos, grandes y muy poco hechos...un manjar El besugo espectacular Un lugar para repetir Gracias por todo

Una gran sorpresa cuando pedimos la comida, todo perfectamente organizado y de calidad, pero lo mejor la comida. Unas croquetas grandes y exquisitas, calamares y ensaladas para repetir. Y un postre buenísimo. Nos lo habían recomendado, y ahora debemos probarlo en el local

Marisco gallego en un elegante lugar totalmente renovado ahora. Todavía recomiendo la planta superior y pido una mesa cerca de las ventanas con vistas al mar. Los arroz y los peces grandes son su especialidad, pero todo lo que se ofrece será siempre la mejor calidad. Gran lista de vinos con precios asequibles y buen servicio para una gran experiencia general.

Segunda vez que voy. Esta vez con niños. Han mejorado mucho el servicio respecto a la última vez que fui. En eso tengo que hacerles el cumplido. Y como siempre la comida muy bien. La empanada espectacular por ejemplo, no quiero decir haya sido la mejor empanada de millo de mi vida, pero ahí está. Ahora bien. Un aviso importante y acorde con otras opiniones que leo por aquí. No es un lugar donde los niños sean bien recibidos. El trato hacia ellos es básicamente ignorarlos. Hasta el punto de que el servicio me puso el caldero del arroz ardiendo encima de la trona del niño, de manera que ya no lo pude volver a sentar. Cuando les pregunté si podían hacerle alguna cosa al niño, me dijeron que no...