"Pequeño mesón en el centro de Zamora, con atención muy esmerada y una carta corta pero muy cuidada. Empezamos con sus barakas (croquetas de bacalao), que gustan a niños y mayores. En mi caso pedí el plato tradicional y no creo haber comido un mejor arroz zamorano en toda mi vida. También se pidieron en mi grupo unos calamares a la romana, un lechazo y un solomillo a la plancha que también desaparecieron de la mesa por arte de magia culinaria. Los postres, pannacota, sorbete de limón y tarta de queso, caseros y gloriosos. Como dijo mi suegra (nativa de Zamora), al acabar sentenció no se le puede poner ni un pero a la comida , pero si las cinco estrellas de un banquete perfecto y extraordinario."