"Sitio encantador, desde que me senté a la mesa sentí que había tomado un avión y estaba en “cualquier parte del mundo”, y eso es una sensación fantástica porque te hace desconectar de lo cotidiano. Cuidan con esmero hasta el último detalle, no solo en el menú, que es muy elaborado y con muy buena materia prima, sino también en el trato, la presentación, la decoración del local, sus cafés, sus infusiones... ¡incluso sus tarjetas de visita! Pero lo más mágico es la puesta en escena de cada plato, donde entran en juego la literatura, el teatro, la gastronomía, la historia... ¡Una experiencia gastronómica diferente, única! Deseando repetir."