"Éramos 4, es la primera vez que íbamos, cuando nos sentamos en la mesa pensamos que estaba muy bien la variedad que había en la carta, nos costó decidirnos. Nos viene a tomar nota un hombre mayor, al parecer, el dueño. De entrante pedimos pulpo, ensalada y tallarinas al vapor, nos dice que no hay pulpo y lo cambiamos por una fritura de rejos y calamares. Cuando traen los entrantes, la fritura estaba requemada, las tallarinas en un platito muy pequeño y la ensalada bastante completa. Para el plato principal, un risotto de foie, arroz duro con crema de leche, huevos estrellados, patatas congeladas con 2 huevos pasados de cocción con 2 trocitos de jamón por encima y una pasta carbonara que era pasta con leche y unos trocitos de bacon por encima. Todo esto lo podríamos haber pasado si el trato del dueño hubiera sido correcto. Contestaciones con monosílabos y secos, mi mujer que pidió copa de vino le trajeron una copa con una cantidad que parecía de cata, cuando pidió la segunda copa le preguntó si podía poner un poco mas, su contestación fue, la copa es la copa, si quieres 2, 2. A lo que mi mujer respondió, bueno cobrame 2. Pues nos viene con una vacilada tremenda y le trae 2 copas a mi mujer, sí, 2 copas que le puso delante suya y se quedó tan ancho, al final nos salió el mismo precio 3 copas de cata que lo que valía la botella. A mi no me importa pagar para comer bien, y para postre viene con las cartas y las lanza encima de la mesa con las mismas ganas que había puesto en toda la noche para servir. Nos vamos con muy mal sabor de boca y evidentemente no volveremos. No soy de poner reseñas negativas pero ese personaje de dueño se las merece."
