"He dado muchas oportunidades a este restaurante. He comprobado que cuando tienen pocos clientes, el servicio es bueno y la comida mejor. Pero cuando tienen más clientes de lo habitual, no vale la pena entrar. La primera vez fue el Día del Padre. El servicio fue pésimo, teníamos que levantarnos cada momento porque nos tenían olvidados (estábamos en la terraza) para pedir servilletas, más bebida, etc. La comida para los niños, mal, congelada. Sin embargo, nuestra comida estuvo muy buena, la verdad. Hoy hemos vuelto y hemos tardado más de 1 hora y 30 minutos en ser atendidos, y solo tenían 8 mesas ocupadas. Hemos tenido que pedir servilletas, que no nos han traído, y también hemos tenido que ir a pedir los platos y la bebida. Igual que el otro día, es una lástima porque la comida realmente es buena. Los tallarines de mar, la carne de cordero, las empanadas, todo está buenísimo. Pero fallan en el resto. Además, acabo de ver en una de las fotos que hay aquí publicadas, que me han cobrado el mismo precio por el plato de cordero pero sin el acompañamiento. Y eso que soy una clienta que viene a menudo, me han invitado a la segunda bebida, pero después de todo no me parece suficiente. Me siento engañada. No entiendo cómo los propietarios lo permiten."