"Don Bolo es principalmente un restaurante de sándwiches, y tienen un trato fijo donde puedes pedir un sándwich, patatas fritas, una bebida y un postre por un precio fijo muy razonable (creo que alrededor de 4 euros). La variedad de bocadillos es enorme, no hay problema en personalizarlos y tienen buen tamaño. De hecho, el trato es bastante satisfactorio. Uno de sus postres es una preciosa tarta de chocolate de tres capas. También dispone de una zona de juegos para que los niños se diviertan. Puedes pedir la comida para llevar, que yo tengo muchas veces. El único inconveniente es que Don Bolo suele estar ocupado a determinadas horas, y cuando está ocupado el servicio se ralentiza muchísimo. Mucho más de lo que cabría esperar sólo por estar generalmente ocupado. Una vez esperamos una hora y quince minutos para unos sándwiches. Por eso es mejor evitar las horas punta para comer. En general, lo recomendaría."