"El trato al cliente fue magnífico, sobretodo del dueño, amable y cercano, nos pedimos un solomillo, bacalao y un salmón y tengo que decir que estaba todo buenísimo, no tanta las gambas al ajillo, los camareros han sido muy cercanos y amables, siempre intentado que tengas la mejor cena posible con sus chistes y anécdotas, un poco despistados, de beber probamos el famoso vino azul cuyo olor me hizo soñar despierto, de sabor no se quedaba corto, muy fresco, perfecto para el calor del verano. Una cena estupenda"