"Ayer estuvimos comiendo, a mediados de marzo, con lluvia y viento. El lugar está situado junto al mar y está muy bien protegido. La atención fue excelente: atenta, amable y muy rápida. Lo primero que nos trajeron fue el pan verde y rojo, húmedo y caliente. Ambos estaban muy buenos. Pedimos un arroz caliente con bogavante que estaba rico, aunque no espectacular, y un helado de postre, muy auténtico y sabroso. Teníamos ganas de volver, ya que los platos que vimos servir en otras mesas parecían fantásticos."