"De lunes a jueves de 12:00 a 12:00, viernes y sábados de 12:00 a 12:00 y domingos de 12:00 a 12:00. Sus 106 años de historia hacen honor a su nombre y, desde entonces, estas pequeñas tabernas han convertido el fast food madrileño en un arte, con base en gambas y langostinos. Las croquetas de gamba roja de la Garrucha (Almería) son el plato estrella anunciado por todo el local. La decoración es elegante, clásica y con un toque cañí. Al entrar, el cocinero nos recibe en un pequeño espacio de trabajo cuadrado que recuerda a un dj en su cabina... y sus platos... el rico marisco en todas sus variedades, siempre fresco y cocinado al momento. ¡Ah! Y el vino dulce madrileño, muy generoso... El personal es de avanzada edad, pero saben lo que hacen, y lo hacen bien, rápido, de forma profesional y precisa. Tanto turistas como residentes se reúnen en este lugar, donde no hay asientos. Hay que apoyarse en la barra o en los barriles de vino que sirven como mesa. Los camareros no paran ni un momento de servir platos y copas. Se han ganado su merecida fama. Sus vinos dulces son engañosos, entran muy bien en el paladar y pueden sorprendernos al día siguiente... Sus vermús son deliciosos, y sus croquetas de gamba roja... especiales y diferentes. Redondas, firmes, sabrosas, con una bechamel algo aceitosa y un rebozado frágil, combinan perfectamente con unas gambas con gabardina de rica tempura. Nos cuentan los camareros que antes la ración de seis gambas y tres vinos costaba entre 15 y 20 pesetas... ¡Qué tiempos aquellos! Ahora es un poco más caro. Su página web nos recuerda que Andy Warhol era un cliente asiduo del local, al que no dejaba de ir cada vez que visitaba Madrid, ya que se convirtió en punto de encuentro entre personas del mundo del espectáculo, cine y anónimos que llegaban a la capital. Si, como nosotros, eres un adicto a las gambas y sus preparaciones, te convertirás en un cliente habitual del lugar. 6 croquetas por 7,80 euros, chato de vino por 2,10 euros."