"Un menú degustación lleno de sorpresas, desde los sabores más madrileños, como la mezcla de trampantojos que cuando los metes en la boca explotan llenadola de miles de sabores. Mis favoritos, el buñuelo de oreja crujiente con salsa brava y el Wellington de rabo de ternera. Simplemente espectaculares. Y como el postre más sorprendente diría que la flor de remolacha y helado de ajo negro. Te deja sin palabras. La atención del personal inmejorable, muy cercanos y en ningún momento te hacen sentir incómodo. Mi más sincera enhorabuena."