"Visita agridulce. Hice la reserva con mucho entusiasmo porque me habían hablado muy bien del lugar. La verdad es que el sitio es hermoso, situado en Sa Tramuntana, rodeado de naturaleza y con una decoración exquisita en el estilo tradicional mallorquín. Cuenta con un amplio aparcamiento. Nos decepcionó un poco encontrar la piscina natural vacía. El servicio es excelente, atento y rápido. El ambiente es tranquilo y relajante. En cuanto a la calidad de los platos, esperaba más; el cabrito estaba exquisito, pero iba acompañado de una ensalada de bolsa, algo inaceptable en un plato de 28 euros, que también estaba completamente empapado en el jugo del cabrito, algunos vegetales a la parrilla habrían sido mejor. El cordero, casi 27 euros, estaba seco y la calidad estaba por debajo de ese precio. Los postres estaban correctos. El café, bueno. La cerveza Inedit de Damm es un acierto. En conclusión, la relación calidad-precio es un poco decepcionante, aunque el lugar y el servicio valen la pena."