"Llegamos tarde a Valladolid y estábamos buscando un lugar para comer a una hora en la que no esperábamos encontrar muchas opciones. Vimos la pizarra y el menú nos pareció muy bueno por el precio que ofrecían... Si quedaba algo de lo que tenían, nos valía porque todo sonaba delicioso. Faltaban 10 minutos para cerrar la cocina y aun así nos dieron una mesa. Este lugar merece más estrellas de las que se pueden otorgar. Se los juro. Por la amabilidad del camarero, por la comida, 10 estrellas sería lo más justo. Desde el principio hasta el final, todo estaba delicioso, en su punto, perfectamente aliñado/salado, con ingredientes de calidad (¡qué aroma tenía el aceite!) y frescos (patatas fritas de las de verdad y una carne tierna y sabrosa). El brownie estaba delicioso, pero el pastel de queso nos dejó sin palabras, empezando por su presentación tan original y siguiendo por su sabor. Increíble... el mejor que he comido nunca. Totalmente recomendable, para volver muchas veces. ¡Qué pena que no tengamos uno en Barcelona!"
