"Reservamos para almorzar el domingo a las 15:30. A esa hora ya no había mucha gente. El restaurante por dentro es muy bonito, con una temática medieval. El servicio fue eficiente y atento en todo momento. Los entrantes nos gustaron mucho, y la carne era de buena calidad. El aperitivo era una especie de ensalada y no parecía muy apetecible, aunque al final casi nos lo terminamos. Tomamos un vino tinto de la casa de Castilla y León, de Segovia. La relación calidad-precio estaba muy bien. Es posible que volvamos a ir en otra ocasión, seguramente de noche, para ver un poco el ambiente."