"Este gastrobar se encuentra junto al fuerte-casa de Bezmiliana, con un salón y una terraza cubierta que prácticamente forman un solo espacio. Su menú no es muy extenso, ofreciendo entrantes, platos principales y ensaladas. También cuentan con una pizarra con platos fuera de menú. Fuimos a cenar y decidimos probar un poco de todo: caldo de pez rojo, porra de remolacha (primer premio en la Feria de la Tapa 2019 en Rincón de la Victoria), habas baby con jamón, una empanadilla de carne, un pollo y un chorizo criollo. Con un postre de pancake de dulce de leche, una cerveza y dos refrescos, la cuenta fue de 42 € para dos personas. En general, muy bien, comida de muy buena calidad. Un par de “peros” por los que voy a bajar la puntuación: las porciones son pequeñas; no es el lugar donde vayamos a llenarnos. Por otra parte, un detalle que me pareció un poco tonto, pero que no me gustó: el camarero tuvo un comportamiento excepcional durante toda la cena, sin embargo, al terminar de comer se limitó a presentarnos la cuenta y nada más, mientras que otras mesas habían ofrecido un chupito. Soy consciente de que el tema del chupito no es una obligación, pero resulta muy molesto que se hagan distinciones sin conocer el motivo. Creo que con cuatro puntos está muy bien servido."