"Un lugar con un encanto especial. Su emblemático edificio principal, junto con su canastro, te hacen sentir que estás en un lugar diferente. Una vez dentro, la decoración está inspirada en la antigua cultura celta. En cuanto a la carta, diapone de gran variedad de raciones (tortilla, chorizo al infierno, pulpo, calamares, raxo con patatas... Todo ello casero y deilicioso). Los precios son ajustados y te sientes bien atendido. Sobretodo por Manolo, el gerente, el cual te asesora sobre las especialidades con gran amabilidad. En definitiva, un sitio ideal para disfrutar de una cena o merienda con familia o amigos."