"El lugar -un tanto insólito- es un puesto habilitado como comedor en el interior del mercado de la Guindalera. Pero, tan pronto aparecen una u otro de los dueños para atenderte, delicados, cálidos y de una amabilidad exquisita, empieza una experiencia diferente en el mercado vacío: gyozas, makis, ceviches, causa limeña, tiradito de mango... otros tantos platos con refinadas combinaciones de sabores y texturas, que se sienten creados y elaborados con amor. Merece mucho la pena conocer Hiwakaya, con una filosofía (quizás tan peruana y japonesa como su carta) de cocina creativa con productos de alta calidad, y de gran delicadeza y atención en un trato muy personal."