"Fui aquí tres veces durante mi estancia de dos días en Salamanca: Primero fui demasiado temprano y no había pintxos (mi error), así que simplemente me bebí una deliciosa Elyseo IPA. La segunda vez fui por la noche buscando mi cartera, que había perdido en otro lugar. A pesar de mi tormento interno, el ambiente era animado en ese momento. La tercera vez fui hoy y finalmente tuve la oportunidad de probar los famosos pintxos veganos. Probé tres pintxos encantadores (¡el falafel es imprescindible!), una hamburguesa de verduras fantástica, y un pastel de chocolate súper sabroso, además de una cerveza gallega. Por toda esta comida y bebida de primera calidad, pagué la cantidad muy injusta de 7 euros, que casi se sintió mal. Si buscas comida asequible pero excelente (el hecho de ser vegano es realmente un paréntesis porque deberías probarlo incluso si no eres vegano), en un ambiente agradable, perfectamente inclusivo con muchos bellos mensajes, no busques más allá del bar de Daniel escondido en una esquina del centro de Salamanca. Además, hay un piano y el lugar es apto para perros. Podría escribir cinco reseñas sobre este lugar. Definitivamente uno de los mejores establecimientos que he tenido el placer de visitar. ¡Estoy enamorado y seguro que volveré! ¡Gracias Daniel!"