"La comida es fantástica. En primer lugar. Tuve este lugar encantador solo para mí el domingo a la hora del almuerzo y pedí una paella de mariscos, una ensalada de rúcula y sandía y un litro de sangría. Los anfitriones son las personas más amables que podrías conocer. Se tomaron el tiempo para explicar qué paellas y fideuas estaban disponibles y que serían cocinadas frescas. Solo tiene 6 mesas en el interior, pero también hay espacios afuera. Enseguida llegó mi ensalada y estaba fresca y deliciosa. La sangría era perfecta. Luego, llegó la obra maestra, la paella. No faltaba marisco, todo pelado para hacerlo más fácil, un sabor fantástico, una corteza encantadora en el fondo, una característica distintiva de una gran paella. Era el tamaño de la porción perfecto. Este lugar merece más críticas... y es absolutamente imprescindible visitar para el almuerzo. ¡Voy a regresar antes de irme... totalmente digno de ser la última comida de mi viaje!"