"Tasca de todo la vida, como antaño. Una experiencia, un lugar con encanto, comida muy rica, un vino de Santiago.... suave pero con muchos aromas y gran cuerpo, servido en cuencos típicos de la zona. Y por botella de vino tinto, unas de queso, una de chorizo picante, otra dulce y una carne desmiga de cerdo riqua riqua, todo por Quedan pocos sitios tan auténticos."