"Acabo de llegar desde Bilbao y me apetecía mucho comer como en casa, por ese motivo escogí la Sidrería Donosti. El ambiente del local es muy coherente con lo que conocemos como una sidrería en el país Vasco, la decoración, las mesas e incluso las sillas evocan esa estética original. Destaco la comida, que a muy buen precio fue lo mejor del lugar. Comimos una ración de alubias, muy bien guisadas y servidas en mesa con su berza y piparras, siendo que habría preferido panceta en trozos y cocida antes que en bastones y frita como venía, sin embargo no es un problema, un plato muy logrado y rico. También pedimos el menú chuletón, perfecto para dos personas y con sus guarniciones clásicas de la zona costera de Gipuzkoa, la ensalada de cebolla y lechuga aliñada y las patatas. Es cierto que las patatas fritas no venían en un formato muy típico de Euskadi, siendo que eran bastones muy finitos, pero eran correctas, crujientes y en un buen punto de sal. Destaca la chuleta, con el punto exacto y en un plato no demasiado caliente para no recocer la carne. Mención de honor también al punto de sal de la carne, que era perfecto. La tarta de queso es exactamente la misma que la del restaurante La Viña de Donosti, una gran textura pero con sabor a nata, por lo que gustará a la mayoría del público y decepciona a los que como yo buscamos un sabor a queso en ese postre. El servicio en general fue correcto, no tan cercano y atento como al que estoy acostumbrado en mi tierra, donde te sientes como en casa en una sidrería, pero amable y rápido. En general un buen lugar donde comer comida casera, contundente, con buen producto y bien elaborada, altamente recomendable."
