"Viavélez es una taberna-restaurante que llegó a Madrid en 2007 de la mano de un famoso chef, Paco Ron, que había triunfado años antes en la ciudad asturiana del mismo nombre, donde consiguió una estrella Michelin. Empecemos con la nota: Te doy ocho y medio más de diez. En general, este restaurante ha cumplido perfectamente con lo que buscaba, aunque, como punto negativo, está el precio. No es precisamente barato, pero tampoco tan caro como otros de nivel similar o inferior. Viavélez es una taberna y restaurante. En la planta baja se encuentra el comedor, pequeño, con capacidad para 28-30 comensales. La decoración un tanto minimalista y un poco fría, las mesas están suficientemente separadas, el servicio profesional, cercano y agradable. Cambio de cubierto con cada plato, distintos tipos de platos, siempre modernos pero funcionales (nada de cortes imposibles o platos incómodos), copas adecuadas al tipo de vino ofrecido, ... impecable. La sala de restaurante completo es para no fumadores, en la planta superior la taberna, donde está permitido fumar. En cuanto a la cocina es de corte clásico, con sabores intensos y materias primas de alta calidad, pero sin extravagancias ni aristas y arriesgando poco. Es su virtud y tal vez su defecto, exceso de prudencia, falta de riesgo en la cocina. Y es que el menú parece un poco inamovible y el menú degustación ha cambiado muy poco desde su apertura en 2007. Las raciones son muy dignas, uno se va feliz y satisfecho. El menú del restaurante no es muy extenso, siete entradas, cinco carnes principales y cinco pescados con precios que oscilan entre 25 y 30 euros. Además del menú, ofrece dos menús degustación a 55 y 65 euros (sin bebida). Llama la atención la carta de vinos, es muy extensa y con muchas referencias tanto nacionales como extranjeras. Muy detallada, presenta el vino, la bodega, la añada y la denominación de origen (además del precio). En cuanto al precio a la carta calculado para una primera (20 euros), una segunda (30 euros) y un postre (8 euros), totaliza unos 55-60 euros, bebida aparte. Conclusión: es cierto que quedé muy satisfecho, que me encantó lo que comí, que el servicio fue impecable, que el ambiente y la decoración eran elegantes sin ser recargados, ... pero, hoy en día, cuesta pagar ese buen precio por los gustos. En cualquier caso, repetiría con gusto. Lo recomiendo a todos aquellos que puedan permitirse gastar 70-80 euros por cabeza en una comida o cena."
