Atypikal - Menú

Entre semana menú del día a 20 €, q está bien pero quizás deberían incluir algún plato mas

Muy agradable para estar. Desayunos ricos y se nota que está al lado de la junta, porq se respira un aire de sitio de pasta. Las camareras mas majas no pueden ser.

Solo he probado la tortilla y a mí, poco hecha me gusta. Lo peor que he visto es lo sucias que están las sillas! No las han limpiado en la vida....y fregar el suelo...poco.

Fui como otras veces para comer el menú del día y nunca decepcionar, la calidad de los platos es muy buena. ¡Independientemente, si te vas, tienes que pedir el broche de brócoli!

La comida es exquisita pero bastante escasa. Sobre todo por los precios. No deberían de poner platos tan exiguos porque no comes. Te deleitas, pero te vas con hambre. Y pagas una pasta. La persona que nos atendió fue realmente una profesional: Amable, atenta y simpática.

Comida de gran calidad. Buen ambiente con música de los 80. Buen servicio. Un par de peros: la carta estándar no tiene sentido porque hay 5 veces más platos fuera de ella; los precios de algunos productos están fuera de mercado. Preguntar los precios de los platos fuera de carta para evitar SUSTOS.

El restaurante es bonito y agradable. La atención cuidada y nada invasiva. Se está a gusto. La carta repleta de platos curiosos y súper ligeros y frescos. Mención especial la ensaladilla que siempre que la pido es diferente y siempre acabo gratamente sorprendido y el calamar… brutal Para volver muchas veces

El servicio atento aunque un poco lentos. La comida rica, con sabores buenos sin ser originales y que no vale para nada el precio que pagas. 22€ una tortilla francesa de 3 huevos con 1 carabinero partido por encima... nos hemos vuelto locos. 140€ para 4 personas, sin bebida, ya que llevamos el vino (no cobran el descorche lo que es un punto que valorar). La tarta de queso riquisima, la torrija a descartar. No volveré salvo que acorden el precio con la calidad.

Segunda visita a Atypikal, y un poco decepcionados la verdad. Cena para picar, pedimos el yakitori de brócoli, la ensaladilla de gamba blanca, la tortilla vaga de carabineros y trufa y por último la parpatana de atún. Excepto el yakitori, brillante como siempre y la ensaladilla, algo vulgar pero correcta, el resto nos dejó algo fríos. La tortilla vaga se queda en un pan sin sal a pesar de la potencia de sabor anunciada (carabinero trufa). La parpatana, recomendada por el camarero, ya que no quedaban nigiris, no nos encantó. No se si fue la salsa dulzona que lo acompañaba o la propia intensidad del plato lo que hizo que no lo termináramos. Pagamos 40€ por persona con 1 copa de vino. Bastante...