Parador De Albacete

Una parada obligada para disfrutar de unas migas o un pisto inigualable !

Como siempre en Paradores. Para relax en familia perfecto, descanso y tranquilidad y comida manchega. Todo perfecto.

Muy buena experiencia, nos encantó el Parador, y el resto de nuestra estancia fue buena. Comida estupenda, y atención por parte del personal excelente. Para volver. Ver carta

Lujo mezclado con historia este parador es magnifico, una vista excepcional, una habitación espaciosa 205 con su hermoso balcón y para rematar una piscina muy hermosa.

Un buen personal, un desayuno tipo buffet muy variado y completo. La piscina enorme. La ubicación es un poco fea, puesto que no hay nada cerca se tiene que coger el coche para ir algún sitio que no sea campo.

Lamentablemente, la comida que pedimos fue decepcionante, el cerdo estaba seco y poco inspirador, y el cordero era solo un poco mejor. Sentí que era caro para lo que ordenamos. Por otro lado, hay una cafetería y la comida se veía muy buena allí. Ver carta

El lugar es bonito pero la comida no fue la esperada en este tipo de restaurante. La carne que pedí primero estaba apenas cocida y luego muy cocida. El pescado de mi esposo era pequeño. El pan estaba sabroso pero lo sirvieron tarde y escasamente. Pagamos un alto precio por una cena que estábamos dispuestos a comer en este lugar en particular, pero la calidad de la comida no fue buena.

Buen sitio para hacer una parada en el camino. Habitaciones algo anticuadas pero cómodas y personal amable. La cafetería no es para ir con prisas. Le quito una estrella por el problema con los mosquitos en las habitaciones, las ventanas deberían tener mosquiteras. Creo que nunca me había levantado con tantas picaduras... Y es un problema conocido pues tras hacer las habitaciones rocían un espray matamoscas.

Veníamos de viaje y decidimos hacer una noche en el Parador de Albacete. Sólo por la comida ya mereció la pena. Las migas eran espectaculares con unos torreznos fantásticos (foto de la cazuela). El pisto también muy bueno (foto del plato blanco), así como la perdiz escabechada y los quesos. De postre pedimos un helado de queso (es obligatorio probarlo) y unos miguelitos. Estuvimos fenomenalmente atendidos a pesar de que llegamos tarde a causa del tráfico. Además, del personal, las instalaciones del edificio son igualmente buenas con una gran piscina, salones, cafetería y habitaciones. Ver carta