"Hace unos años, cuando estuvimos en Burgos, fuimos a cenar a este restaurante. Como nos gustó, está muy céntrico y no nos apetecía coger el coche para ir a otro lugar, pues repetimos de nuevo.Por la tarde fuimos a reservar y cuando llegamos a cenar, yo pensaba que me daba algo de ver la cantidad de personas que había fuera del bar tomando algo y dentro en la barra. Era excesivo (en la época que estamos de virus), tentados estuvimos de no entrar. Pero como llevábamos mascarilla y nos dijeron de subir al comedor, entonces no nos importó.Arriba estaba más tranquilo y no voy a valorar si las mesas estaban demasiado juntas o no.Pedimos el mismo menú que la primera vez, pero cambiando el vino que pedimos un vino de autor de la zona.La morcilla estupenda, sin nada de grasa y una ración abundante. Pero el lechazo (que nos preguntó si queríamos delantero o trasero) era insuperable. Suave, en su punto justo de cocción, se deshacía al comerlo. Una verdadera maravilla. Venía acompañado de una ensalada de lechuga (sin nada más, sólo lechuga) bien aliñada.El vino era muy bueno y estaba bien de precio.Totalmente recomendado, si es para comer o cenar arriba. En la parte de abajo, me parecía que había demasiado barullo (para como está la situación).El precio subió desde que habíamos ido hacía tres años para nuestro gusto demasiado.Pero aún así volveríamos"