"Siento escribir que no me ha convencido este restaurante, a pesar de la belleza del paraje. Bien las migas ruleras, los bocadillitos de cangrejo de caparazón blando, los calçots y su salsa romesco.MAL, muy mal el tartar de atún. No lo hemos probado peor. Hay que aprender la receta. Primero, ofrecer un atún rojo bien cortado, ni siquiera eso: los taquitos cortados a contraveta, duritas las puntas. Por 17 eurazos una tomadura de pelo en toda regla. Sin marinar, con un guacamole suave por encima y con pan frito, pésima presentacióm, ningún sabor especiado, ningún recuerdo a soja, cebolleta... fresco del congelado. No era filete de atún rojo de almadraba sino morrillo de atún. No vale lo mismo.Las alcachofas confitadas no se hacen así. Con su receta son tiernas y están cocidas en aceite a fuego lento, nada arrebatadas. Otro plato que hay que hacer bien y con mucho tiempo y cariño. Es un local elegante y bonito pero algunos platos y presentaciones recuerdan más a un merendero que a otra cosa.En cambio, los postres lo mejor con diferencia. Excelentes la torrija y el chocolatecon helado.Agradecemos la buena localización de nuestra mesa."